El acto de correr

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El acto de correr

En el acto de correr efectuamos trabajo, ya que trasladamos cierta cantidad de materia (la de nuestro cuerpo) por el espacio con determinada velocidad. Es preciso que la potencia que gastamos provenga de alguna parte, siendo así que nuestros músculos consumen rápidamente cantidades muy grandes de azúcar y otras substancias.

El producto de la combustión de las referidas substancias es el gas llamado ácido carbónico, que es venenoso para el hombre y para todos los animales. La sangre se llena muy pronto de una cantidad de este gas superior a la normal y es necesario tomar disposiciones para deshacerse de el cuanto antes. Pues de lo contrario quedaríamos envenenados por los productos de nuestra propia vida

Si analizamos el aire que proviene de los pulmones de un hombre que esta corriendo o realizando algún esfuerzo muscular violento, observamos que contiene diez veces mas ácido carbónico que el aire que exhalan los pulmones de una persona en estado de reposo. Es evidente que lo primero que en tal caso debe hacer el cuerpo es procurar que la sangre circule lo mas de prisa posible tanto por los músculos como por los pulmones.

Que sucede con el ácido carbónico 

Es necesario que circule rápidamente por los músculos porque estos están consumiendo gran cantidad de oxigeno y produciendo mucho ácido carbónico. Al activarse la circulación de la sangre se acelera de un modo correspondiente el suministro de aire, y el rápido latir del corazón viene a ser algo como el vaivén de un fuelle, cuando se desea suministrarle a un fuego abundante aire.

Es preciso también que la sangre circule rápidamente por los pulmones, para absorber buena cantidad de oxigeno y deshacerse del exceso de gas carbónico y por eso late de prisa el corazón. Se ha observado recientemente que cuando un aficionado a los deportes esta ( como suele decirse ) entrenado produce al correr mucho menos ácido carbónico que cuando no lo esta y sus palpitaciones no se aceleran tanto.

 

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