La visión del color

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La visión del color

El hecho mas maravilloso que el ojo ejecuta es, en cierto modo, la distinción de los colores y este asunto de la visión del color es también muy importante desde el punto de vista práctico, porque en muchos casos se requiere distinguir un color de otro.

Sabemos que la luz es un movimiento ondulatorio del éter. Cuando estos movimientos caen en el ojo, originan esa sensación particular que llamamos luz, porque fuera de los ojos que ven, toda la naturaleza está en tinieblas. Ni el ojo ni el éter pueden hacer la luz por si solos; se requiere el concurso de los dos.

Nuestra distinción de los colores depende de los conos de la retina. Young, un sabio ingles que estudio el problema de la visión de los colores, supuso con una intuición genial, que en el nervio óptico debía haber tres clases de fibras receptoras, correspondientes cada una de ellas a cada uno de los colores primarios. Posteriormente fue confirmada esta teoría, lo que hace ver que al cerebro corresponde juzgar sobre los colores intermediarios en base a las informaciones que le llevan esos tres conductores.

Los tres colores puros que no están hechos de otros colores

Los tres colores puros o simples son el rojo, el verde y el azul. Esto cuando nos referimos a la luz ya que ella es un conjunto de ondas de todo orden de vibración. Pero el ojo en lugar de estar dispuesto para verlos todo ellos, solamente tiene medios dentro de si para ver directamente tres que son el rojo, el verde y el azul.

El rojo, el amarillo y el azul se llaman colores primarios, cuando nos referimos a la manera en que el ojo los ve. Todos los demás colores lo ven por la mezcla en varias proporciones de estos tres géneros de sensaciones.